Diario 6

Psst, oye… sí, tú misma. Cosita mía,

Vamos a hablar de tu pelo.

Me maravilla como algo tan común como el pelo puede decir tanto de ti. La primera vez que te vi lo tenías suelto. Sentada en aquella silla, loca por que te saludara (admítelo). Me miraste con esos ojitos de “¿De quién tu eres, perro, que no tienes collar? Te vas conmigo a casa”. Te antojaste de mí casi tan pronto como yo me antojé de ti. Desde esa noche no he dejado de pensarte, ni desearte.

Pero volviendo al tema del pelo… es que nunca me cansaré de contar como nos conocimos… sentí que te conocía de toda la vida… y es que algo me dijo “es ella”… VOLVIENDO AL PELO, no me sigas distrayendo. (Pongo el celular boca abajo para no seguir mirando tu foto)

Okay, tu pelo estaba suelto. Enmarcaba tu cara tan perfectamente.

Luego lo vi recogido… Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Estábamos comiendo Ramen y te lo recogiste para no llenarlo de comida. Asumo que para no llenarlo de mi saliva tampoco. Te lo recogiste en cámara lenta, en mi mente sonaba “Time Of The Season” - The Zombies. Yo se que me seguiste hablando de algo importante, pero yo no presté atención. No pude. Soy un simple mortal, abusadora.

Luego de que tú comiste tu plato y yo inhalé el mío sin saborearlo, entonces te soltaste el pelo en cámara lenta también. “¿Pero y esta niña se cree que está en una película o qué?” Yo sentía el ramen quemándome la garganta. Era Diciembre pero yo me moría de calor. Tenía el anillo quemándome el bolsillo del pantalón. No podía esperar a dártelo, ponértelo en el dedo, secuestrarte, comprarte una casa, incluirte en mi seguro médico, ir contigo a hacer compra a Trader Joe’s, discutir porque no me quité los zapatos cuando entré por la puerta, darte un besito de buenas noches con sabor a menta.

EL PELO, ESTAMOS HABLANDO DEL PELO.

Como ves, no lo he superado. Algún día aprenderé a escucharte cuando tengas el pelo recogido, pero todavía no.

Luego te lo vi en dos trenzas… Señor, apiádate de mí que estoy débil; fortaléceme, pues me siento sin fuerzas y estoy profundamente abatido. (Reina Valera)

Esas trencitas me provocan dos cosas. Primero, siento Ternura. Ternura como para darte besitos de esquimal y decirte que mires a ambos lados antes de cruzar la calle y arroparte de abrazos y asegurarme que no te falte nunca nada.

Segundo, siento que (REDACTADO. EL USO DE LENGUAGE EXPLÍCITO Y TEMAS SUGESTIVOS ESTÁ PROHIBIDO EN ESTE SITIO) y también me dan ganas de (REDACTADO. EL USO DE LENGUAGE EXPLÍCITO Y TEMAS SUGESTIVOS ESTÁ PROHIBIDO EN ESTE SITIO) y luego agarrar ambas trenzas y (REDACTADO. EL USO DE LENGUAGE EXPLÍCITO Y TEMAS SUGESTIVOS ESTÁ PROHIBIDO EN ESTE SITIO) entonces decirte que me (REDACTADO. EL USO DE LENGUAGE EXPLÍCITO Y TEMAS SUGESTIVOS ESTÁ PROHIBIDO EN ESTE SITIO).

Todo eso, con mucho respeto.

También te vi el pelo mojado… ahí sí, ahí sí que no va a haber nada en los cielos ni nada en la tierra que te salve de una paliza de besos. Ni los ángeles se van a meter, ni Servicios Sociales, ni NATO, ni Elisa. Sal con el pelo mojado y me pongo como estacionamiento de supermercado: “No me hago responsable de daños a la propiedad, pérdidas o accidentes sufridos dentro de este apartamento”. Ya lo sabes.

Últimamente, en fotos, te lo he estado notando tan bello. Está largo y ondulado. Se ve saludable y apretable y me fascina como te hace lucir. Quiero olerlo recién lavado, (y cuando llegues de hot yoga también), tenerlo entre mis dedos, apartártelo de la cara antes de besarte, quiero sentirlo todo encima de mi cara, como una cortina que nos separe del resto del mundo. Quiero encontrar tus pelos en mi ropa, en la alfombra de mi carro. Quiero estarlos sacando de mis “chalupas” cuando aprendas a hacerlas. Te juro que quiero estar destapando el desagüe de la ducha y que sean tus pelos.

Me gusta como lo llevas largo y suelto, cuando lo tienes recogido en una colita coqueta, cuando llevas esas trenzas que quiero aprender a hacerte y luego (REDACTADO. EL USO DE LENGUAGE EXPLÍCITO Y TEMAS SUGESTIVOS ESTÁ PROHIBIDO EN ESTE SITIO). También vi unas fotos donde lo llevas un poco más corto, en un viaje a Florida hace unos años. Por favor, córtatelo así de nuevo algún día. Si quieres, claro. Es tu pelo. No lo hagas por mí….

Mentira, hazlo y punto. Hazlo por mí.

Me encantas así de mucho y TAN SOLO VAMOS POR EL PELO. Creo que voy a irte analizando y desmenuzando entera, con los dedos. (Osea, escribiendo con ellos… Por ahora)

Gracias por tu pelo. Gracias por darme tanta belleza de la que hablar. Eres mi obra de arte favorita.

Te amo, desde el pelo, todita.

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