Diario 22

Guapa, hace unos días no he agregado nada aquí. Creo que te he podido expresar muchas cosas de otras maneras pero aún siento que es importante mantener este diario al día.

Las cosas han sido muy diferentes desde el Viernes pasado. Siento una ansiedad buena, ese cosquilleo de que voy a verte pronto, abrazarte pronto, comerte un cachete pronto, casarte pronto. En ese mismo orden, el mismo día.

Te pienso todo el tiempo, desde que me despierto hasta que me acuesto a dormir. Fantaseo con como será la primera vez que te vea, dónde será. Yo solo se que voy a llorar mucho y te voy a llenar el hombro de lágrimas y mocos. Perdón.

Pienso en un futuro cercano que voy a compartir contigo y, por primera vez en mucho tiempo, siento esa ola de felicidad eudaimónica, de paz. Como se debe sentir llegar a casa para un astronauta luego de estar a miles de millas de distancia. Y cuando llegue, es para quedarme. No te vas a zafar de mí. Ni aunque lo intentes. Yo se que esto suena medio abusivo y controlador pero te lo digo con amor. Nada podría separarnos de este amor, ni siquiera tú. No te lo voy a permitir. Como escuché una vez a un macho tóxico (Que no me sorprendería que esté en la cárcel) decir: “7 no y 1 sí significa sí”. Osea que cuando me digas que “no” yo voy a taparme los oídos con ambas manos y correr a tu alrededor diciendo “LA LA LA LA LA” como un retrasado. Y cuando me digas “Sí” para que me calle, entonces todo va a volver a la normalidad.

Estoy ansioso por verte y para esa ansiedad no hay otro medicamento que no sea verte ya. Le pregunté a mi terapeuta si me recetaba algo para esperarte más tranquilo y me dijo “No esperes. Corre hacia ella”. Me tendré que tragar esta ansiedad hasta el día en que te tenga de frente y luego tendré ansiedad hasta que te vuelva a ver y tendré ansiedad hasta el día que me ponga de rodillas (ambas, como un Japonés humillado en el Japón feudal) y te ponga un anillo en el dedo esperando que te sirva (Aunque no te sirva te lo voy a empujar) Y tendré ansiedad hasta que llegue la fecha de nuestra boda y te vea caminando hacia mí (Más vale que seas tú y no que me intenten dar a una de tus hermanas como le hicieron a Jacob), y tendré ansiedad cada día de mi vida hasta la primera mañana que me despierte en el paraíso contigo a mi lado y sepa con toda certeza que jamás tendré que decirte “Adiós”.

Estoy loco, loco por verte pronto. NUNCA he esperado por NADA con tantas ansias.

Te amo, todita, aunque me digas que “no”.

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