Diario 5

Eres mi proyecto.

Estaba hablando con mi terapeuta ayer sobre las muchas situaciones complicadas que me han ido afectando por los pasados años. La realidad es que los pasados cinco años de mi vida han sido duros, como una tragedia griega donde al bueno le pasan cosas malas una detrás de otra mientras intenta cumplir con su misión. Le conté sobre la docena de mudanzas, los accidentes de tráfico y del corazón, la pérdida del empleo y como todo se acumula aquí, en el pecho.

Siempre he sido bastante confiado. Se que tengo muchas habilidades, intereses y preparación que me han llevado a ser “exitoso”, como dicen. Tengo capacidad de adaptación y una mente abierta. También soy soñador, no me conformo fácilmente. Siempre quiero más. Tengo ambición en todo aspecto de mi vida.

Tal vez por eso me cuesta mucho más perdonarme y superar las inevitables derrotas. Me cuesta trabajo aceptar injusticias que me saquen de una carrera por la que he entrenado y trabajado tanto.

Me desahogo con él siempre (para eso le pago) y él me escucha atentamente (para eso le pago). También me hace muchas preguntas. Preguntas que me hacen pensar y ver las cosas desde una perspectiva menos culpable. me recuerda que muchas cosas sencillamente me pasan, no las provoco. Tiene razón, una gran cantidad de mis problemas han sido circunstanciales, no el producto de una mala decisión. De hecho, siempre he tomado las mejores decisiones que he podido. Y sí, cometo y cometeré errores, pero a la hora de tomar decisiones importantes siempre las consulto con Jehová. Se que todas han sido con su apoyo y bendición. El suceso imprevisto no tiene nada que ver con eso.

Ayer me dijo, casi al final de la cita, “Tell me one thing you are looking forward to”.

No lo pensé ni dos segundos antes de contestarle “Marrying my girlfriend”

Salió así, de golpe, tan natural. Un plan establecido en el calendario de mi mente. Se lo dije con emoción y se que notó la esperanza en mi voz. Me dijo que eso es algo bien constructivo por lo que trabajar. Algo por lo que ahorrar (lo estoy haciendo ya, en este preciso momento nuestra cuenta de ahorros llamada “Nuestra Boda” tiene $423. 48. Poquito a poco), algo por lo que mantener una buena salud emocional (lo estoy intentando ya) y algo por lo que seguir orando (Lo he estado haciendo desde hace meses, lo hago todos los días y lo haré hasta el momento en que te vea caminando hacia mí, vestida de blanco del brazo de tu papá). Son buenos planes, saludables.

Pero también soy realista. Yo se que llevamos poquito tiempo juntos y que esta situación ha monopolizado nuestra agenda de algunas maneras. Pero solo es una cuestión de tiempo. Yo no estoy contigo para pasar el rato, o porque eres linda o porque me gusta la atención. Estoy contigo para casarnos, casarnos bien. Lo hemos hablado mucho y estamos en la misma página.

Recuerdo el día que hablamos de nuestro compromiso emocional uno con el otro. Te pregunté “Wait, are we engaged?” y me dijiste “A little bit, yes”.

Aunque no sea ahora o inminente yo voy a trabajar por lo que quiero. Voy a prepararme para lo que quiero. Nada cambia mis intenciones contigo ni con nosotros. Lo que va a pasar, iba a suceder pasara esto o no. Al final del día voy a estar contigo y te voy a ofrecer lo mismo. Me enfoco en todo lo que me toca y todo lo que me toca, de una manera u otra, tiene que ver contigo.

Estoy haciendo todo lo que me corresponde para cumplir con mis responsabilidades ahora y estar listo para las responsabilidades que vienen. Ser un cristiano maduro me permitirá ser el novio que quieres y el esposo que mereces. Ser el hombre que deseo ser. El que te cuide, te apoye y te celebre (y te soporte también).

Ese proyecto me emociona. El proyecto de convertirme en tu hombre. Lo envuelve todo. Tengo metas claras y esas matas te incluyen. Tengo necesidades claras y esas te incluyen a ti también. Estoy aquí con todo, 100%, no te mereces ni un decimal menos.

¡VETE POR AHÍ A VER SI ALGUIEN TE AMA TÁNTO COMO YO! TE RETO. No lo vas a encontrar. (y si lo encuentras yo lo mato)

Gracias por darme trabajo. Gracias por darme proyecto. Te mereces todo lo que te voy a dar y más.

Por favor, sígueme amando, sígueme esperando, sigue confiando en mí. No te voy a decepcionar.

Te amo, todita.

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