Diario 7
“Eres mi cosa favorita”
Esas palabras me las ha dicho mi mamá toda la vida y le creo.
Se que soy su cosa favorita porque, cuando aún no me tenía, me quería más que todo en el mundo. Intentó lo imposible por que yo existiera. Se sometió a tratamientos y drásticos cambios en su vida por la mínima posibilidad de que yo comenzara a vivir dentro de ella. Rogó de rodillas tenerme, que fuera suyo, su bebé, su cosa favorita.
Seguí siendo su cosa favorita el día que se enteró que iba a ser mi mamá y por los próximos 7 meses me esperó con ilusión porque sabía que sería su cosa favorita toda la vida.
Una vez me tuvo en sus brazos, soltó todo lo demás. En ese momento se convirtió en mi cosa favorita también.
Su vida se ha tratado de mí, de mantenerme con vida. de llevarme a casa, de que no le tuviera miedo a las vacunas que me ponía el pediatra, que la cámara de video tuviera baterías para no perderse nada, que la cámara de fotos tuviera rollo, que el traje de astronauta me quedara cómodo, que por alguna razón no me bañara justo después de comer, que sacara buenas notas y premiarme por ellas, que me pusiera metas, que diera los comentarios en mis propias palabras, que aprendiera a hacerme desayuno para que por nada del mundo la despertara durante el verano y que cuando estuviera despierta no me aburriera ni un segundo. Que practicara el violín incluso cuando no quería, que mis proyectos de la escuela fueran los más originales, que tuviera guantes inflables para boxear con mi abuelo en la marquesina y que pasara junto a él todo el tiempo posible que nos quedaba. Que si me enamoraba fuera de la persona correcta y que cuando se me rompiera el corazón mi mamá estuviera ahí para ponerle una curita. Que aprendiera a manejar con cuidado, que no tuviera acné, que me graduara, que pudiera siempre terminar mis horas del precursorado, que fuera feliz en Betel y no pasara frío innecesariamente. Que en Michigan no me congelara del frío innecesario, que volviera a casa, que me fuera de nuevo mientras fuera sirviendo a Jehová. Que no pasara el momento más agrio de mi vida solo, que me perdone a mi mismo, que me cure, que no me olvide de lo mucho que me ama mi novia y que no me atreva, por nada del mundo, a olvidar que sigo siendo su “cosa favorita”.
Esas palabras me han acompañado en cada victoria y sostenido en cada derrota. Lo han significado todo.
Hoy te las digo a ti:
Fernanda Velasco, Tú eres mi Cosa Favorita.
No te tenía, ni andaba buscándote pero sabía que andaba para encontrarte. Y una vez te encontré, te he querido más que todo en el mundo. He hecho y sigo haciendo todo lo posible por la mínima posibilidad de pasar el resto de mi vida contigo. Ruego de rodillas mantenerte aquí, que seas siempre mía, mi bebé.
Y cuando te tenga en mis brazos, voy a soltar todo lo demás. Quiero convertirme en tu cosa favorita también.
Mi vida, desde hace unos meses, se ha tratado de ti. De conocerte completa. De enamorarte y permitirme enamorarme de ti también. De aprender a escucharte y comunicarme mejor. De decirte las cosas que nunca te han dicho y derretirme cuando me dices las cosas que siempre he querido escuchar. De hacerte un anillo para que no te olvidaras de mí cuando te fuiste lejos y regalarte mi corazón en este website para que no me olvides cuando el que está lejos soy yo. De memorizarme tu carita y planificar mis estrategias para besarla (siempre voy a empezar por los cachetes). De memorizar tu mirada de enamorada, tu sonrisa de niña ilusionada. De recordar tu voz diciendo mi nombre, contestando con “Hey Baby” y diciéndome que me amas.
Mi vida se trata de planificar los próximos meses, los próximos años, la próxima eternidad. De cómo voy a pedirle a tu papá que me permita visitarte y cuántas flores tengo que llevar cuando te visite para que tus hermanas y tu mamá sepan que las quiero a ellas también. De a qué lugares te voy a llevar y a qué lugares dejaré que me lleves. De cuan alto te haré reír y cuantas lágrimas tendré la responsabilidad de secarte. De cuantos regalitos te haré y cómo volveré a sentarme con tu papá y decirle “Pablo, amo a tu hija con todo mi corazón. Si te parece bien, me gustaría pedirle que se case conmigo”.
Mi vida se tratará de escoger la mejor forma para tu anillo y el mejor lugar para plantarme de rodillas (las dos si hace falta) e implorarte que seas mi esposa. Y de planificar una boda donde bailemos mucho y una luna de miel donde (REDACTADO. EL USO DE LENGUAGE EXPLÍCITO Y TEMAS SUGESTIVOS ESTÁ PROHIBIDO EN ESTE SITIO) mucho también. Y de planificar a dónde vamos a ir a predicar y qué aplicaciones vamos a llenar y por qué metas vamos a trabajar y qué vamos a sacrificar. Y mientras tanto, mi vida será cocinarte y asegurarme que tus intereses vayan antes que los míos y que no te falte nada y que tengas Tevas e inspeccionar que todo huela rico después de ducharte y que nunca carezcas de besos, que arreglemos las diferencias antes de dormir y que despiertes cada día siendo feliz conmigo sin olvidarte, por nada del mundo, que eres mi Cosa Favorita.
Esas palabras te acompañarán, junto a mí, el resto de la vida, en cada victoria, en cada derrota compartida. Lo van a significar todo.
Te lo repito:
Fer, Eres mi Cosa Favorita.
(Mi mamá va a entender. Te ama. Y ella, como quiera, sigue siendo una de mis cosas favoritas. Se que tú también lo entenderás)
Te amo, todita.