Diario 1: Un mes sin ti pero contigo.

 

Esta semana se cumple un mes que no conversamos.

Ya se. ¿Otra cosa más? Pues sí. Las cartas no son suficientes, las canciones no son suficientes. Tengo demasiado que compartir contigo. Necesito sentirte cerquita.

Ha sido tan difícil no llamarte. Amaba cuando contestabas con “Hey!” Y rápido te dabas cuenta que eso no era suficiente y decías “Hey Baby!” Siempre me aliviaba escuchar tu saludo y pensaba “Muy bien. A mí me llamas por mi título oficial: “Baby””

Ha sido difícil no bajar las escaleras de mi edificio corriendo a abrazarte cuando has venido a dejar a mi mamá. Pero siempre te miro desde la ventana de mi cuarto y sonrío de par en par, digo “Hey baby girl” y comienzo a llorar. Mirarte duele. Mirarte y no tenerte entre mis brazos duele. Siempre te ves tan hermosa.

Ha sido difícil no ver tu carita antes de dormir y luego de colgar la videollamada seguir enviándonos mensajes porque sencillamente no podemos dejar de hablar. Me encantaban esas ganas incontrolables de decirnos todo, de repetirnos amor, de prometernos la vida. Quiero que eso se repita.

Ha sido difícil cada día de cada semana de este mes. Pero amarte ha sido tan fácil. Ha sido fácil porque tú así lo has hecho. Las cosas que le has pedido a mi mamá que me diga de tu parte han sido la precisa medicina que me ha hecho falta para pasar esto un día a la vez. Por favor, no dejes de hacerlo. Las canciones que compartes en tu playlist han sido el abrazo que me arropa para poder dormir con la certeza de que, donde sea que estés, te arropo yo con mis canciones. Por favor, no dejes de compartirlas.

Ha sido fácil pensar en nuestro futuro. Un futuro del que hemos hablado y seguiremos construyendo juntos. Continuar con esta relación tan hermosa y la vida de aventuras que eso va a traer.

Ha sido fácil pensar en ti. Veo tus fotos muchas veces todos los días. Tu sonrisa tan besable, tus cachetes tan comibles, tus ojitos tan soñadores. Tu cuerpecito apretable. Lo amo todo.

Ha sido fácil enamorarme de ti un poquito más cada día. Leo nuestras conversaciones, leo tu carta y se me derrite toda la ansiedad. Me amas como yo te amo y nada más importa. Hoy me di cuenta que tengo razones para ser feliz. Jehová me ama, Fernanda me ama… tengo lo que necesito.

Así que, como haces tánto por mí, necesito intentar hacer lo mismo. Por eso te escribo cartas y te mando regalos y puse notitas en el libro que estás leyendo y por eso decidí con tanta delicadeza crear este blog. Para poder seguirle echando ramitas a ese fuego de amor que prendí en tu interior. Necesito seguirte enamorando. Necesito que te sientas como la mujer más amada y deseada y especial del mundo porque lo eres.

Eres un regalo de amiga, eres una bendición de novia. Eres un sueño de mujer. Te amo como nunca antes he amado a nadie. Te amo como nunca amaré a nadie más. Eres tú desde que te conocí y serás tú el resto de mi vida.

Ha sido un mes sin ti pero contigo. Te he sentido lejos pero se que te he tenido cerca.

Tienes mi corazón. Hoy, mañana y siempre.

Te amo, todita.

 
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