Diario 13

Hola Cachetes.

Hoy iba a hablar de tu espalda pero, de nuevo, no se ni cómo empezar. Ni yo, ni el mundo estamos listos para esa conversación. Así que hoy hablaremos de otro asunto, un asunto que me preocupa mucho.

Ayer, entre fotos y videos dónde me modelabas dijiste algo muy alarmante:

“Estás enamorado de una psicópata”

Yo ya me había percatado de algunos patrones de comportamiento que denotan rasgos psicopáticos pero los sentimientos nublaron mi uso de la razón. Dejé pasar algunas cosas que señalé como “cómicas” pero, ahora con la cabeza fría me doy cuenta que no tenían nada de gracioso.

La costumbre de comer mirando a la nada es muy preocupante. Voy a usar como referencia una de las fuentes más confiables y fidedignas que me ha acompañado toda la vida: El cine.

En las películas, cuando se ve a alguien comiendo en absoluto silencio, mirando a la nada, 9 de cada 10 veces es el villano. El villano tramando algo, remojándose en su odio por el bien, planificando actos de maldad bocado a bocado. Si se le ve masticando con algo de agresividad, entonces está siendo manejado por la ira. Nada que no se resuelva con un desenlace justo. Pero cuando se ve al villano comiendo en una misteriosa paz, masticando deliberadamente como si estuviera contando cada mordida. SIEMPRE es un psicópata. Y en las películas, osea que en la vida real, los psicópatas no tiene salvación. Al final mueren de alguna manera irónica, o huyen de la justicia y luego reaparecen en una segunda parte de menor presupuesto todavía más locos, con más aversión por la gente cuerda y desapego de la humanidad.

Intenté no caer en pánico y decidí reírme de ese hábito tuyo, incluso te lo mencioné y lo defendiste. Noté que hiciste un esfuerzo por no asustarme más.

En una segunda ocasión, llamé tu atención sobre algo menos tenebroso pero igual de inquietante. Y es eso lo que nos trae a esta conversación.

Yo veía chulísimo que me enviaras videos modelándome alguna pieza de ropa que querías comprar, o que te quedaba demasiado pegada (Y me enviabas el video preguntándome si te quedaba bien o no y yo te decía que sí pero al final no la comprabas. Obvio sabías que no te quedaba, solo querías que yo te viera echa todo un bombón) o algún traje que ya tienes y nunca te has puesto porque es demasiado escandaloso en el clima político del circuito de español.

Estos videitos siempre siguen un patrón: Te presentas frente al espejo, con una mano agarrando el celular para grabar y la otra a un lado de tu cuerpo. Luego separas el brazo que está pegado a tu costado para que yo tenga una mejor idea de la estructura del vestido. A continuación siempre das media vuelta para enseñarme la espalda. A veces la parte de atrás dice algo, otras veces no dice nada. A mí me encanta que te voltees de todos modos. Cómo escuché una vez a un albañil decirle a una extraña que pasaba por la calle “Odio verte partir pero me encanta verte alejarte”. Pues me pongo el capacete de construcción y te lo repito.

Luego de enseñarme el árbol del conocimiento del bien y del mal, te volteas nuevamente. Recuestas la cabecita de un lado y sonríes y me entran ganas de secuestrarte y entonces el video se termina.

Cómo todo un académico yo veo estos videos varias veces, absorbiendo todo. La primera vez lo veo todo así como en un arrebato de claridad espiritual, luego veo una cosa en detalle, la tercera vez veo dos cosotas más, la cuarta vez me fijo en tu cara y así pasan como 8 veces más. Así casi a diario.

Pero un buen día todo cambió. Te noté bostezar al voltearte en el primer video. Y en un segundo video consecutivo te vi bostezar nuevamente al voltear tu cuerpo. Me di a la desesperada tarea de ver los videos anteriores y noté que BOSTEZAS CADA VEZ QUE TE VOLTEAS.

Una búsqueda en Google fue infértil.

“¿Por qué alguien bosteza al girar el cuerpo?”

-Su búsqueda no arrojó ningún resultado-

“¿Qué significa si alguien bosteza involuntariamente al hacer ciertos movimientos?”

-Su búsqueda no arrojó ningún resultado-

“Mi novia bosteza cada vez que me enseña la espalda. ¿Está rota?”

-Hay Ayuda Disponible. Encuentre la Autoridad Local de Salud Mental/Autoridad Local de Salud Conductual en su área de servicio local a través de: https://www.hhs.texas.gov/services/mental-health-substance-use/mental-health-substance-use-resources/find-your-local-mental-health-or-behavioral-health-authority -

Estás loca, Fernanda, Google me lo dice, mi corazón también.

Y yo, como muy idiota, seguí enamorado y enamorándote. Envolviéndome con una persona que no me conviene ni a mi ni a la sociedad.

Hoy, para completar de convencerme, busqué responsablemente en Google, la fuente de información más completa y confiable después de la Biblia:

"¿Cómo identificar a un Psicópata?”

Señales comunes de la Psicopatía:

  • Ignorar o violar los derechos de los demás.

  • Comportamiento socialmente irresponsable

  • Incapacidad de distinguir entre lo correcto e incorrecto.

  • Dificultad para mostrar remordimiento o empatía.

  • Tendencia a mentir con frecuencia.

  • Manipular o lastimar a los demás.

  • Problemas recurrentes con la ley.

Mi corazón comenzó a latir apresuradamente el leer esto y confirmar, punto a punto, que estoy en una relación con una asesina en serie emergente.

Ignorar o violar los derechos de los demás: Has ignorado en más de una ocasión mi derecho a decidir sobre nuestra relación. Hoy mismo me dijiste “Esto no se acaba por nada del mundo”. (Me encantó leer eso)

Comportamiento socialmente irresponsable: En cierta ocasión me comentaste, con cierto aire de orgullo, que no acostumbras bajar de velocidad cuando tomas curvas al manejar. (Me da igual. Comoquiera, el que va a manejar soy yo)

• Incapacidad de distinguir entre lo correcto e incorrecto: Escuchabas y bailabas música de Bad Bunny, más de una vez me has sugerido escaparnos y casarnos en secreto, usas Tevas. (Tengo que enseñarte cómo se baila, prepara una mochila que paso por ti de madrugada, tráete tus Tevas)

• Dificultad para mostrar remordimiento o empatía: Hace una semanas se te informó que yo tenía un quiste muy doloroso en una área muy peligrosa de mi cuerpo. No te importó en lo más mínimo. No fue hasta que yo te mencioné “Fernanda, estuve minusválido y no me has preguntado sobre mi recuperación” que te dignaste a inquirir acerca de mi salud. (Okay, eso no puede volver a pasar)

• Tendencia a mentir con frecuencia: No me dices “Buenas noches, bebé. Descansa, mi vida y duerme rico. Te amo” porque no quieres. Yo se que estás activa en Instagram hasta muy pasada la media noche. (Me gusta pelearte por la mañana)

• Manipular o lastimar a los demás: ¿Te acuerdas cuando me dijiste que no querías hablar conmigo por tres meses y tres semanas después me estabas diciendo que nuestra luna de miel debe ser en un lugar lindo pero aburrido porque no vamos a querer salir de la habitación? Esas cosas confunden y debilitan mi mente. (Vuélveme más loco que tú)

• Problemas recurrentes con la ley: Esto, pues no se. Pero sí te digo que tener tus ojos debe ser ilegal. Me inspiran a cometer vandalismo de la propiedad privada de tu cara. ¿Ves cómo me haces hablarte? (No sabes lo que te espera)

Tienes razón, estoy enamorado de una psicópata. Enamoradísimo.

Amo tus pequeños bostezos involuntarios, aunque no se de dónde provienen y no tendría problema en acompañarte a un médico para darte un chequeo.

En lo que no voy a apoyarte es en comer mirando al vacío. En casa se come mirando algo. Cuando no sepas qué, entonces mírame a mí.

Te amo, así lunática como vienes, todita.

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